Qué emoción en la catedral de Valladolid,
el silencio de sus piedras
nos da vida eterna.
Luego visitamos la iglesia 
de Santa María la Antigua,
la guía de viaje nos dice
que es la arquitectura hecha oración, sí.
El exterior es blanco, luminoso. 
El interior es oscuro, secreto,
invita al recogimiento,
a hablar con el Señor.
Una mujer joven
en la penumbra del último banco
arrodillada reza. 
En la iglesia de San Pablo
las vidrieras azules detrás del altar
cantan y nos elevan