Ahora, en la paz y silencio de la noche,
recuerdo el paseo de esta tarde
Ibamos al oscurecer por el bosque,
de entre las hojas sobre el escondido estanque
salió un mirlo,
los cedros se habían vuelto oscuros
ante el azul del anochecer,
mis manos permanecieron largo tiempo
sobre el tronco de un cedro,
se disolvían los límites entre los seres,
sentí lo ilimitado de ser

a Jose Mari Pardo