Gente en una calle iluminada por la luna,
de Hiroshige

En esta imagen
hombres y mujeres están en una calle
y sus cabezas parecen a su vez lunas,
reflejos de la luna en el cielo.
Tranquilos, serenos, no parece faltarles nada,
no parecen desear nada,
es una escena de iluminación.
Parecen estar dentro de la naturaleza,
dentro de su naturaleza;
hay un silencio reverente de recogimiento
en su esencia íntima.
Como en tantas otras imágenes de este pintor,
haga frío o llueva, haga calor o nieve,
en esos cielos negros y grises
y copos de nieve cayendo
entre verdes pinos,
las figuras humanas, aun en armonía
con lo que las rodea,
están replegadas en su ser, sobre sí mismas,
no pierden nunca de vista lo que son;
me traen a la memoria
las palabras a un amigo
del maestro zen Shunryu Suzuki
cuando el cáncer lo alcanzó:
siempre serás algo en este universo,
sé quién soy, no temas por mí