Al abrir la ventana por la mañana
sobre mí el azul espléndido
y algunos trazos de nubes con sol,
y mirando más arriba, más arriba,
los pájaros iluminados por el sol,
en esta casa tan vasta, infinita,
de azul y sol y aire,
abierta a todos...
Las aves tan lejos, como pequeñas joyas,
vuelan en v, v de victoria,
y luego se disgregan y vuelven
a unirse, y entonces me acuerdo,
son como los papelitos que B. Dylan
veía en el viento, todos ellos respuestas...
Así los pájaros, las aves de luz,
en su frescura radiante,
hablándonos tan lejos, tan cerca,
de nuestra riqueza infinita,
todo es respuesta,
cantando en nuestro corazón sin límites