Abro la ventana por la mañana
y el cielo entra a raudales
en mí.
Veo cuerpos volando,
son pájaros,
mi corazón es también un pájaro
volando sin fin, para siempre.
Veo una paloma posada
en el balcón de enfrente,
yo también descanso
para contemplar el universo
radiante ante mí