Toma un avión

El otro día en el autobús,
de repente, se me cerraron los ojos
mientras estaba pensando
en algo irrelevante
y así, tal como lo cuento,
entré en otra dimensión.
Sin yo quererlo, sin más,
con mis ojos cerrados
dejé de pensar pero no de sentir.
Estaba como dormido,
quizá muerto,
o verdaderamente vivo.
No sentía que hubiera perdido nada,
al contrario, todo ahora
era más real,
más elocuente y significativo.
Al decir todo, me refiero
a todo, en conjunto,
que es como el mundo
o la existencia aparecía
ante mis ojos cerrados

Toma un avión,
si puedes,
aunque no puedas
un avión te toma,
dondequiera que estés,
sin necesidad de moverte,
y llegas instantáneamente
a lo que de verdad eres