Las rosas en el frío

Las rosas en el frío,
inmutables, impasibles.
Entregadas, como el frío mismo
aprendiendo de ellas,
a un tiempo diferente.
No el tiempo de la muerte
que a todo pone final
y divide y limita todo.
Las rosas maestras,
de las que todos aprendemos,
sabias por su humildad,
se entregan a un tiempo
que no conoce término
y a nada pone fin,
un tiempo más íntimo,
esencial, de dulce serenidad,
que nos espera siempre,
nos acompaña siempre
y nos revela el verdadero latido
de nuestro verdadero corazón