Le vi varias veces,
un hombre de unos cincuenta y tantos años,
alto, delgado, vestido humildemente,
él mismo humilde,
coincidí con él varias veces
en la iglesia de Santa María de los Ángeles.
El hombre me impresionó
porque emanaba de él
un silencio dulce,
una mansedumbre bendita,
le tengo presente,
estoy con él,
se mueve en mí,
es un ángel,
se mueve en Dios