Mi esposa y yo
fuimos a ver la luna,
nos sentamos con más gente
a ver la luna,
esa piedra redonda
tan grande, tan antigua,
de misteriosa vida inexplicable.
Nada muerto
puede ejercer tal atracción.
Sin querer imponerse
es irresistible,
la luna es inmaculada
y luego, con su pureza,
nos fuimos a dormir

                        28-VII-2018