Hay algo en el aire, en la luz, en nosotros,
nos movemos en ello,
vamos montados en ello,
descansamos en ello.
Por muy vertiginosas que sean las cosas,
pase lo que pase,
siempre está tranquilo.
Seamos o no conscientes de ello,
siempre está ahí.
Tiene algo gracioso, misterioso,
que no nos demos cuenta.
Es amplio, abierto, vivimos ahí.
Lorenzo de Medici parecía conocerlo
cuando decía: "siempre hay
otra posibilidad"

y también mi madre
que no era una Medici
pero tenía la cabeza de granito,
pero era un granito poroso, acogedor,
"accogliente" como se dice en italiano.
Mi madre, que sabía de esa otra posibilidad
y no se quiso operar