Elisenda de Moncada

Un dibujo, una aguada
de esta mujer
realizado por Valentín Carderera
la muestra yaciendo sobre su tumba.
Sus ojos entreabiertos
contemplan el cielo y las estrellas,
el sol que no se pone.
Nada la turba,
su paz es tan natural,
tan inherente a ella;
ha visto dolor y desgracias,
el horror y la maldad,
pero no la han roto.
Todo lo ve desde esa paz,
inefable, tan inevitable,
tan intrínseca a su entraña,
todos los tiempos, todos
los lugares, caben en ella;
esa paz antes del tiempo
y antes de todos los lugares,
su paz es la de todos,
su paz debería ser la de todos

qué amorosa,
parece una Madonna
mirando al Niño Jesús
y está mirando todo el universo.
Todo ante ella es santo,
no hace distinciones,
todo es igual de santo