Dad de comer a los animales.
A las ardillas dad nueces y avispas.
A los barcos mástiles y sal.
A los orangutanes color marrón.
A los gorilas color negro.
A los soldados dad pan y un collar de perlas para que
sepan regresar.
A las vírgenes dad sed y agua.
A las mujeres hijos y luz.
A la amada el horror.
A los hombres dad una isla.
Al sabio un ataúd, no necesita más.
Al ladrón dad una horca para que aprenda a sustraerse
a la muerte.
Al rey otra corona para que sepa que su reino no es de
este mundo y tampoco del otro.
A los que se alimentan de raíces y frutos dad raíces y
frutos, pero advertidles que no han de envolverse de
amor porque éste celebra la carne.
A vuestro primer hijo dad un hermano para que no os
anuncie que sois polvo y cenizas.
A los gatos dad una habitación y él labrará allí, en cada
paso, el templo que habitará después de muerto.
A las montañas dad sus nombre verdaderos y así no
bajarán a despedazaros.
Al pobre dad sangre y carne y agua y seda para que
sepa que todo es nada.
Al rico dad ropas en jirones por las que el viento entre
y dance para que sepa que nada es todo.
A las corrientes de agua y a los ríos dad vuestra
compañía para que su canto de agua se convierta en
canto de carne.
Si los dioses que habéis labrado os son adversos, sed
generosos y destruídlos.
Dad de comer a los animales.
Si los dioses que os preceden y gobiernan os son
adversos, os son propicios.
Dad de comer a los animales.
Si los dioses que habéis creado os son adversos,
finalmente no tenéis por qué ir contra ellos, ¿por qué
habríais de inquietaros? el daño que un hijo puede
hacer a su padre no es un gran daño, lo sabe el padre.
Dad de comer a los animales.
Andad con cuidado en las encrucijadas, antes de partir,
dad allí de comer a todos los animales.