Mis huellas me siguen en la nieve. Invierno me grita
unos pasos tras de mí. Es mi cuerpo invisible que me
conoce un poco y no me conoce. Y se ha vuelto un
poco viejo y no quiere vivir sin mí. No le despreciaré
y le dejaré apoyarse. ¿Me necesitas invierno? Oh invier-
no. Cae tu nieve, cae tu lluvia y tu blanco viento, pero
desde mi soledad intranquila, miro por la ventana y no
me da miedo tu querido frío o mi blanca vida, aunque
no sea un sueño.