Donde los caballos entraron el agua corre cristalina
entre los excrementos. Los cascos de los animales
resuenan en las bóvedas. Un cuervo ha tapiado la
entrada.
Los animales enloquecen pero no se devoran. En su
ira, su serenidad y su espanto, se transforman. Y son
mujeres y hombres, mitad dioses y mitad caballos.
Finalmente son cuervos deshaciendo la entrada.