Una acuarela de Turner. Sobre la ciudad de
Lausana. Una puesta de sol. El sol bañando
en su luz a los ciudadanos.
Antes de entregarse a la noche, portadora
de paz, los hombres y mujeres se bañan en
esta paz del crepúsculo como verdaderos
bienaventurados.
Parecen ciudadanos de la paz, esa hermosa
patria. Entregados a esa tarea fértil de
vivir y recorrer las paces sucesivas. La paz
de la mañana, de la tarde, del crepúsculo y
la noche. Y Turner nos lo recuerda.