Arabia le enseña que la sed es casi un
fruto. El desierto azul es casi el pa-
raíso. En El Cairo se ejercitó sin miedo
de ignorar a qué fin se preparaba. Per-
suadió a príncipes para que se atrevieran
a ser príncipes. Desdeñó honores para que
la idea del honor le honrara sin cegarle.
Lawrence nos da su ofrenda. Su ofrenda que
es tantos de sus actos. Cuando nos mira
desde el espejo de una fotografía. Cuando
acaricia sin premura un gato.