El bosque al anochecer, los cedros rojos, el
frescor de los árboles, el oscuro estanque,
la compañía de la luna.
Sigo caminando por el sendero, éste cruzará
cerca un claro y en él unos chicos y unas mu-
chachas.
Mientras paso a su lado les oigo.
Una muchacha de unos doce o trece años sentada
en el suelo. A su lado sus amigas la consuelan:
Lo está intentando, tu padre se ha puesto en
tratamiento, lo está intentando. Como nosotras
en el colegio, estudiamos... hacemos lo que po-
demos.
Bosque al anochecer, bosque al anochecer, conforta
a tus hijos, cuida de tus hijos.