Magdalena de Piero della Francesca
en la catedral de Arezzo,
reflexiva, pero sobre todo
reconociendo en sí,
tomando conciencia,
de una luz original
de la que hasta ahora
quizá no se había dado cuenta.
Todo en ella es plenitud
y acogida de esa luz interior
de la que parece estar encinta.
En su mano izquierda porta
un emblema de esa luz sanadora,
un refugio de luz transparente
del que una vez sorprendente
se acordó Bob Dylan cuando dijo:
Aunque tus padres te hayan abandonado,
por mucho que hayas errado,
Dios siempre dará a un hombre
la habilidad de enmendar su camino