En el cuadro "El charco" de Miguel Barceló
se puede ver que la mera existencia es Conciencia,
un poco de agua en el desierto
rodeada de unas cuantas piedrecillas
como peregrinos que han venido a beber
la gracia pura, el puro don de la existencia,
encarnada en este breve charco,
en esta luz y arena infinitas
Si Barceló hubiera deseado
decir algo parecido a lo que Friedrich
dijo una vez: "Lo divino está en todas partes,
una vez lo pinté en un grano de arena, en los juncos",
creo que lo podría haber dicho esta vez,
en este pequeño charco