Al caer la tarde
volviendo a casa
las sombras van envolviendo
el camino
y me parecen evocar
familiares, amigos, árboles,
algunos ya desaparecidos;
al caer la tarde,
con la noche ya próxima,
me parece oírles susurrar:
"sé una sombra, antes de partir,
sé dulce y callado,
no te inquietes por nada"