La mirada luminosa y radiante de Picasso,
llena de vida,
disfrutando de las mujeres
pasando ante él,
sentado en alguna terraza
frente al mar,
en las tardes interminables de verano,
a orillas del Mediterráneo.
La belleza de las mujeres,
su gracia, su divinidad,
en estas tardes de gloria en Madrid,
en la Castellana, a orillas del Mediterráneo