El Cristo de Andrei Rublev

Al ver este rostro
siento que todos los terremotos,
todas las desgracias y desastres,
todas las guerras y violencia,
los conflictos y sufrimientos,
las muertes y las crucifixiones,
se quedan sin voz
y son transfigurados

Al ver este rostro
siento que hay algo infinitamente
superior a nuestros intereses
y recuerdo las palabras de Spinoza
que nos anima a vivir
"sub specie aeternitatis",
"bajo la esencia, bajo el amparo,
de la eternidad"

Podemos entonces dejar atrás
todos nuestros miedos
y vivir siendo partícipes de lo eterno,
de esta belleza

Siento algo ilimitado en mí,
una aceptación sin límites,
una entrega sin límites a este espíritu
y sé que mi verdadera patria
no es la tierra
sino la eternidad

"Buscad mi rostro",
leo en los salmos
y oigo en esta pintura.
La esencia de este rostro
siento viviendo en mí
y en todos los demás.
Podemos encontrar esta esencia,
la misma esencia,
latiendo incontenible en todo,
en todos nosotros,
en todos los demás