Unos días
Un día oí cantar a unos niños
el Himno de los Querubines
de Ilyich Tchaikovsky
y supe que Dios existía.
Un día salí a tirar la basura
y me vi mirando las nubes
y supe que Dios existía.
Un día vi a mi madre
sonreír a la luz de la mañana
y supe que Dios existía.
Un día vi a mi padre
agradecer una sonrisa
y supe que Dios existía.
Se nos han concedido unos días.
Un día tomé de la mano a mi esposa
y supe que Dios existía
ooo
Verdaderamente no puedes mirar el cielo
sin arrodillarte,
sin sentir que perteneces
a algo más grande que tú.
Por eso los hombres no miran el cielo,
tienen miedo de esa grandeza,
miedo de pertenecer a algo
más grande que ellos,
por eso rara vez elevan los ojos al cielo,
se sienten más seguros ante un móvil
o una pantalla de televisión
ooo
Ahora tengo toda esta eternidad
de las pinturas, toda su paz,
dentro de mí.
Ahora comparto con ellas
esta eternidad, este infinito,
dondequiera que esté
ooo
Cuando miro el cielo desaparezco
ooo
a Helen Burns, amiga y maestra de Jane Eyre
"Yo sentía que Helen Burns veía las cosas
bajo una luz invisible a mis ojos", Jane Eyre
nos confía estas palabras.
Las nubes tienen fe, son y se deshacen
y se pierden en Dios
que significa volver a ser.
Tuvo razón Friedrich
en no aceptar el encargo de Goethe
de dibujar un catálogo de nubes.
Qué triste y vano querer encerrar
en una fórmula científica
una nube o un pintor
o cualquier cosa.
La fe en lo que nos supera
es lo que le faltaba a Goethe.
La fe por la que se dejan guiar las nubes,
la fe humilde con la que pintaba Friedrich