Todas las noches antes de dormir
me asomo por la ventana
y veo la noche, los árboles enfrente
y lo inmenso se acerca,
aparece y sin ningún esfuerzo
disuelve todos mis pensamientos
y vuelve insignificantes y nimios
todos mis esquemas,
opiniones, intereses y deseos
para darme algo más grande
que siento inmensamente valioso
que me hace bien y es bueno
y desconozco y a la vez
es algo íntimo, en lo que puedo confiar,
algo irresistible
a lo que me puedo entregar
porque misteriosamente sé
que inesperada e increíblemente
me salva, siempre me salva
ooo
El Tempietto
Este Tempietto que proyectó Bramante
me recuerda a nosotros, lo mejor de nosotros.
El pequeño templo, la casa limpia,
ordenada, luminosa, que podemos ser.
Desde nuestra precariedad intuimos
que estamos llamados a ser
este pequeño templo,
algo que sea digno de acoger
la visita de lo que es más grande
que nosotros y nos llena.
Este Dios infinito
que con su presencia misteriosa
nos deja libres de reconocer,
en nuestra frágil carne y barro,
la argamasa, la piedra y mármol, el espíritu,
con que construir un bello lugar
donde estar con Él.
Tempietto de San Pietro in Montorio, Roma