Quizá alguien te ha quitado todo, te ha arrancado
todo lo que tenías y te ha dejado sin piel.
Como un huracán te han tratado, ahora no tienes
nada.
Eres como una tablilla lisa de barro rojo. Eres un
recién nacido y cualquier escritura se puede grabar
en ti. Ni siquiera tu inocencia es tuya, puedes
mirarte tan directamente como si estuvieras frente
a un espejo. Y no sabes si es piedad pura, sin
compasión, lo que sientes, o admiración desnuda.
Nada tienes que ver contigo mismo. Vives contigo
con fluidez perfecta. A cualquier signo y lenguaje
sacas luminosos reflejos. Como lluvia sobre el agua,
cae la vida sobre ti.
Todo habla en ti el mejor eco. En tu transparencia,
encuentra la acción su mejor música, liberado en
vida que has renunciado a la salvación.