Vida

Lo que nos están diciendo el cardenal Raniero
Cantalamessa, los sacerdotes Bernardo Gianni,
Enzo Fortunato, Luigi Maria Epicoco, Fabio 
Rosini, Jean-Paul Hernández, el obispo Robert
Barron, el cardenal Robert Sarah, la benedic-
tina Anna Maria Canopi, sor Maria Manuela 
Gavrini, sor Maria Caterina del eterno Padre, 
Paolo Curtaz, Chiara Corbella, Carlo Acutis,
sor María del Carmen, la enfermera Amalia, 
el Papa Francisco y tantos otros mensajeros  
y testigos de Dios, por medio de su alegría,  
de sus libros, sus homilías, sus meditaciones 
y reflexiones, sus actos, sus charlas en
Youtube... lo que nos están diciendo cuando  
nos dicen que Jesús está con nosotros es que  
la Vida está con nosotros, la Vida Verdadera
está con nosotros.

Todos ellos nos están diciendo que Jesús nos 
está dando Vida Verdadera, Vida Eterna, Re-
surrección, Felicidad y Amor incondicional, 
seamos como seamos, y sin pedir nada a cam-
bio. 
Nos están diciendo que la Vida Verdadera que 
Jesús nos da vence al dolor, a la muerte, a to-
das las desgracias y adversidades y que su 
Vida, su Amor, nos hace eternos e invenci-
bles.

Y Jesús nos da esta Vida, que Él es, en todo 
momento, en todo lugar, en toda circunstan-
cia. Jesús está con nosotros siempre, Él mis-
mo nos lo dice en el Evangelio de Mateo:
"Yo estoy con vosotros todos los días hasta 
el fin del mundo".
La compañía y el amor que recibimos de 
otros seres humanos, de nuestros padres, 
nuestra esposa, nuestros amigos y hermanos,
de nuestros enemigos, son un reflejo y un 
canal de la compañía y la presencia de Jesús.
También la compañía y amor que recibimos 
de los animales, las plantas, las montañas, 
el aire, la luz y todo el universo, son un re-
flejo y canal de Jesús, de esta Vida extraor-
dinaria. 

Creo que vivimos bastante ignorantes de 
este hecho, este regalo que Dios nos hace. 
Creo que nos hace falta confianza para
darnos cuenta de ello, o pensamos que Dios 
y esta Vida no existen y no dejamos que 
nuestro corazón se abra a este conocimiento,
al conocimiento de su presencia y su mara-
villoso regalo. Somos libres para rechazarlo
o aceptarlo. 

Jesús, esta Vida, siempre está aquí, con no-
sotros, y a veces lo intuimos, a veces lo ve-
mos claramente. Nuestra intuición puede 
crecer y nuestra vida cambia... infinitamente
para mejor, porque ya no sólo es nuestra, 
porque ya se está librando de la vida siem-
pre limitada que nosotros nos podemos dar 
a nosotros mismos, a pesar de todos los es-
fuerzos por superar las barreras. 
Nuestra vida cambia infinitamente para
mejor porque estamos viviendo no nuestra 
pobre vida limitada, sino la Vida alta, Ver-
dadera, Eterna, que recibimos del Señor.